El Xoloitzcuintle: Un amigo inmortal.
Cuenta la leyenda que existe una raza canina élite para las antiguas civilizaciones, ya que permanecía fielmente con los seres humanos durante y al final de sus vidas.
Se trata del Xoloitzcuintle, una raza de perro dónde su nombre viene del náhuatl Xólotl, que significa "monstruo extraño"; a demás de que su nombre tenía relación con el Dios Xólotl, el Dios de la muerte; y Itzcuintli, que significa "perro".
Los Aztecas, como muchas de las civilizaciones antiguas, eran personas con creencias profundamente respetuosas hacia la muerte. Debías de venerar y dar tributo al Dios Xólotl si querías gozar de una muerte agradecida y sin sufrimiento. Así mismo, se creía que si tratabas con respeto a esta raza de canes, te ayudarían a cruzar el rio profundo y caudaloso que atraviesa el inframundo o mejor conocido por ellos como Mictlán. El Xoloitzcuintle tenía que ser de color negro para poder ayudarte a cruzar, se decía que si los Xoloitzcuintles que tenían manchas en su piel era porque ya habían realizado su labor de llevar un alma al Mictlán.
Durante la vida, el Xoloitzcuintle hacía compañía a las personas en sus hogares y se encargaba de ahuyentar espíritus y malas vibras del mismo. También se tenía la creencia que esta raza ayudaba a curar a personas absorbiendo en su cuerpo diferentes enfermedades como dolor de cabeza, asma, insomnio o la malaria.
Fue así como como se ganaron la descripción de “Joya Arqueológica viviente” y que es considerada una de las razas más antiguas que habitan en el planeta con más de 7 mil años, según especialistas.
Hoy en día puedes encontrar ejemplares de ellos en los jardines del Museo Dolores Olmedo, ya que el pintor mexicano Diego Rivera regaló una pareja de perros a la coleccionista de arte Dolores Olmedo, la cual en agradecimiento decide criar la raza para su preservación y desde entonces se mantienen en el museo.
Autor: Mar Arrona | MKT // Community Manager de Tenis COURT